Las cardiopatías congénitas son problemas, presentes en el nacimiento, que afectan la estructura o funcionamiento del corazón. Se calcula que unos 50.000 bebés nacen cada año con estas cardiopatías en todo Europa. A pesar de que la investigación y los adelantos médicos han mejorado mucho la supervivencia de estos bebés, algunos de ellos sufren daños cerebrales que se producen cuando hay periodos en que no llega suficiente oxígeno al cerebro, durante el desarrollo fetal o en los primeros años de vida.

Para poder saber cuando, dónde y cómo se produce este daño cerebral, el proyecto de TinyBrains está desarrollando un dispositivo que utiliza dos tecnologías fotónicas, llamadas espectroscopia del infrarrojo cercano y de correlación difusa, para monitorizar de manera no invasiva el cerebro de los bebés que nacen con estas cardiopatías. El objetivo es poder tener un aparato de control en las unidades de cuidados intensivos y pediátricas de los hospitales, que dé información a tiempo real sobre lo que está pasando en el cerebro de los neonatos y pueda servir para entender mejor las causas y para prevenirlo.